sábado, 6 de agosto de 2016

Revistas

Tengo tantas revistas que con frecuencia tengo de deshacerme de ellas en forma masiva. Así ha ocurrido con miles (de verdad, miles) de cómics que por décadas he ido acumulando ("coleccionando", suelo decir) para después terminar vendiéndolos o regalándolos cuando ya no tengo dónde ponerlos. Así me despedí de mis colecciones de Spiderman, Daredevil, Cuatro Fantásticos, Vengadores, Spiderwoman, Ms. Marvel y X-men, que fueron los primeros cómics que abandoné, es decir que dejé de comprarlos y conservarlos. Eso fue hace unos 25 años, y junto con ellos se fueron mis revistas de Mortadelo y Filemón, Los cuates Zipi-Zape, Clásicos ilustrados, Vampirela, Chanoc, Robocop, varios de Simón Simonazo que aún conservaba, Heavy Metal, Hulk, seguramente muchos más que ahora no recuerdo.

Seguí comprando y conservando los cómics de Batman, Superman y Liga de la Justicia, pero 10 años después también les tocó su turno para salir de mis hábitos y espacios de almacenamiento. Aunque después he leído ocasionalmente algunos arcos (así llaman a las historias que abarcan varios números y, en ocasiones, diferentes títulos), pero principalmente de manera digital, y de aquella ocasión preservé algunos ejemplares que me parecieron sobresalientes: La muerte de Superman, Una muerte en la familia, la serie Hush, dibujada por Jim lee, El regreso del caballero nocturno, una colección completa de Conan, realizada por las mejores plumas de la historia del cómic, y varios ejemplares por el estilo. En total, cinco cajas de archivo llenas de cómics. En estos días he estado haciendo nuevamente una purga de almacenaje, y de las cinco cajas sólo queda una y media *suspiro*.

Yendo un poco atrás, en septiembre de 1984, cuando me dirigía en autobús al que sería mi primer empleo como maestro de primaria en una escuela de Dr. Arroyo, hicimos una parada en un lugar llamado San Rafael, que en ese tiempo era, además de restaurante y tienda de sourvenirs, revistería. En aquel lugar compré el número uno de la revista Muy Interesante, la cual desde entonces he venido comprando y coleccionando. Lamentablemente perdí varios de los números de los primeros diez años en un incidente de plomería que mojó la caja donde estaban guardados. Con esa salvedad, la mayoría de los números que se han publicado en estos más de 30 años, incluyendo muchos especiales, están ocupando un enorme espacio de mis estanteros.

Como me niego a venderlos o regalarlos, los estoy emplayando para almacenarlos y tener nuevamente oportunidad de ojearlos en alguna ocasión.

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