lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti ha muerto, pero su herencia cultural es incalculable.

Del disco-libro "La vida: ese paréntesis", un sensual y seductor poema hecho canción, interpretado por Tania Libertad: Piernas.



Y pienso ahora, ¿cuántos de nosotros conocimos al Maestro gracias a la musicalización de sus poemas? Yo escuché de él por vez primera cuando Nacha Guevara interpretó "Te quiero". Y fue ahí donde entendí que el amor por una persona pasa, necesariamente, por el amor hacia todas las demás personas: "Te quiero en mi paraíso; es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso". Y Pablo cantando "Hombre preso que mira a su hijo", explicando la diferencia entre el mundo de los luchadores y la "limpia República verbal" que se enseña en la escuela; o Serrat con todo un disco para decirnos, con las palabras de Mario, que "El sur también existe". Más recientemente el disco de Tania, para demostrar que en el fondo de una conciencia poética el erotismo se mueve como la savia que nutre al talento.

Y pienso entonces: Ah... así es como nace un inmortal.

domingo, 10 de mayo de 2009



Hace tiempo conocí a un tipo quien me contó que su tío era propietario de una cantina, y entre los muchos detalles que compartía con nosotros (me refiero a quienes trabajábamos en el mismo lugar) se encontraba el hecho de que la pornografía no era tan buen negocio, pues los parroquianos solían beber más despacio y en cambio incrementaban su consumo de botana, lo cual no resultaba rentable para la casa.

En cambio, comentaba, las películas de acción resultan excelentes para incrementar el consumo, pues por algún motivo, los clientes se toman la cerveza casi sin darse cuenta mientras en la pantalla "la película da cuenta de dos horas de balazos" o guamazos. Eran los años en que Chuck Norris, Clint Eastwood, y Charles Bronson hacían de las suyas como muchachos chichos.

Algo pareciera estar mal en la teoría, pues de un tiempo para acá se han puesto de moda los lugares donde chicas se quitan sabrosa, y repetidamente la ropa mientras la golosa concurrencia se despacha con la bebida en cantidades realmente industriales.

Fue en uno de esos sanos centros de diversión familiar donde me llegó la certeza de que el mejor baile de tubo de la historia (en el que, por cierto, no hay ni tubo ni desnudo) es el de Jamie Lee Curtis en la Película "Mentiras verdaderas". Resulta que mientras en torno a una mesa de cabare', alegremente departían unos profes bohemios, en las pasarelas de aquel antro dos o tres chicas de buen ver y mejor tocar se quitaban rítmicamente la ropa al compás de alguna melodía de moda. En los monitores del lugar se proyectaba la mencionada película y, cuando inició la escena de marras, no quedó ni siquiera un solo ojito para apreciar las contorsiones de las bailarinas reales, pues todas las miradas se concentraron en el monitor más cercano para ver las evoluciones de la hija de Tony Curtis.

En ese momento me acordé de Chuy (no recuerdo sus apellidos) y su explicación, pues ni un solo vaso o botella fue bebido durante los poco más de dos minutos que dura el baile. "No es la pornografía, entonces" pensé, "es la fantasía". Mientras en los tubos las desnudistas se desvivían por recuperar nuestra atención, enfatizando el carácter accesible de su carne, decenas de ojos y conciencias desdeñaban ese instante de realidad a cambio de embeberse en una larga cadena de infructuosas y canchondonas fantasías.

Y aquí está el cuerpo del delito.




¡Ah! Me acordé de todo esto porque me encontré una foto donde los protagonistas de la peli se volvieron a encontrar después de tantos años, y se saludaron con "un beso de esos".

lunes, 4 de mayo de 2009

Estamos para cosas más importantes, dice Piero al introducir este inspirador texto hecho canción. En él, el autor nos habla de la necesidad de evolucionar y de enfrentar los nuevos retos con mentalidad abierta y despojados de prejuicios. La mejor manera de lograrlo, postula, es confiar en alguien que nos ayude a sacar todo aquello que pueda convertirse en lastre.
Para eso están los amigos.



Soy pan, soy paz, soy más

Yo soy, yo soy. Yo soy, yo soy.
Soy agua, playa, cielo, casa blanca.
Soy mar Atlántico, viento de América.
Soy un montón de cosas santas
mezcladas con cosas humanas...
cómo te explico... cosas mundanas.
Fui niño, cuna, teta, techo, manta,
más miedo, cuco, grito, llanto, raza.
Después mezclaron las palabras,
y se escaparon las miradas...
Algo pasó; no entendí nada.

Vamos contame, decime,
todo lo que a vos te está pasando ahora.
Porque si no, cuando está tu alma sola llora.
Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera,
nadie quiere que adentro algo se muera.
Hablar mirándose a los ojos,
sacar lo que se puede afuera,
para que adentro nazcan cosas nuevas,
nuevas, nuevas, nuevas.

Soy pan, soy paz, soy más.
Soy el que esta por acá.
No quiero más de lo que quieres dar.
Hoy se te da hoy se te quita.
Igual que con la margarita.
Igual al mar.
Igual la vida, la vida, la vida, la vida.

Vamos, contame, decime,
todo lo que a vos te está pasando ahora.
Porque si no, cuando está tu alma sola llora.
Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera,
nadie quiere que adentro algo se muera.
Hablar mirándose a los ojos,
sacar lo que se puede afuera,
para que adentro nazcan cosas nuevas,
nuevas, nuevas, nuevas.