lunes, 29 de diciembre de 2008

Aquí me tienes. Batallando con la conexión en un jodido estarbucs donde todo mundo está bajando videos de yutube. Me he pasado la mañana tratando de hacer un poco de escapismo, porque con el asunto de la cambiada de casa y las vacaciones de mi familia, la verdad es que poca oportunidad de trabajar he tenido.

Lo de la cambiada. Resulta que hace más de un año vendí la casa que tenía en Apodaca, y ya desde antes estaba habitando en una casa rentada en Mitras Centro, más cerca de los lugares por los que habitualmente nos movemos mi familia y yo. Hace unas cuantas semanas conseguimos el crédito para comprar otra casa, aquí mismo, en Mitras Centro. Y desde luego luego ha sido estarla reparando y preparando para cambiarnos, porque es una casa vieja que tiene que pasar por mantenimiento serio antes de ser cómoda.

Lo de las vacaciones. Tengo a mi gente rondando frecuentemente por mi rededor, lo cualme saca constantemente de concentración. Como ellos están de vacaciones, piensan que yo también lo estoy, y aunque es verdad que no estoy asistiendo a la escuela, también es cierto que ya estoy muy atrasado con el calendario de entregas para la editorial. Lo malo es que en los pocos ratos que tengo disponibles para ponerme a escribir me enfrento a la terrible situación de estar bloqueado para redactar aunque sea un texto simple.

Nada más que me salí muy temprano para irme a la biblioteca Central a trabajar. Pues resulta que no encontraba estacionamiento y quedé como a seis cuadras del edificio de destino. Ahí voy, camine y camine con mis mochilotas cargadas, para que resultara que la biblioteca está cerrada por vacaciones. En eso perdí más de media mañana. Ya ves. En lugar de estar escribiendo lo que debo, estoy posteando en un blog.

Por cierto; ahora que se está comentando la posibilidad de que los escritores paguen sus impuestos con obra, me he puesto a pensar sobre lo devaluada que se encuentra (socialmente hablando) la escritura no literaria. Resulta que para el común de la gente los únicos escritores que merecen ser llamados como tales son los que crean literatura y a quienes escribimos textos didácticos se nos cataloga simplemente como "autores". Y creo que igual tratamiento se da a los creadores de textos como manuales, guías, crónicas, etc. El periodista tampoco es considerado escritor; es periodista aunque escriba ficción.

Tengo mis reservas con los ensayistas y los blogueros.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Bebe

Me encanta Bebe. No sé qué ha sido de ella, ni he podido conseguir su disco, pero me encanta.

Cuando canta "Malo", me recuerda a J. Lo en la película "Nunca más"



En "Ella", hace una invitación a las mujeres para dejar de ser unas derrotistas derrotadas.



Por cierto; si quieres ver una versión ligth de "Malo", te dejo el link para el video de Yuridia interpretando este tema en una de las academias (Suena ridículo cuando cambia "puta" por "bruta" con el propósito de ser correcta)

domingo, 23 de noviembre de 2008

Ya volvimos.

Después de un retraso tremendo con el camión que nos transportaría del hotel al autobús de la Normal (que se tuvo que quedar fuera del pueblo porque no cabe por el tunel de entrada) salimos, los alumnos de Español de quinto semestre, tres maestros más y este servilleta, de Real de Catorce, a las 3:45 para tocar la panteonera tierra de la Normal a las 9:20.

Fueron tres días de mucho trabajo y esfuerzo (sobre todo el esfuerzo de caminar por las inclinadísimas calles) que también tuvieron sus momentos de relax y de diversión. Todo un tesoro experiencial que ahora deberá traducirse en productos de aprendizaje. Luego te cuento detalles y te enseño las fotos.

Gracias por cuidar mi ciudad durante mi ausencia.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El lunes aproveché el día de asueto para irme a subir Chipinque. En esta ocasión me atreví a trotar durante la subida que es mucho mejor que de bajada pues, como comentábamos ayer Gil y yo, de subida apoyas más las puntas de los pies, mientras que de bajada el impacto recae en el talón. Te platico que el año pasado estuve trotando un par de días en la placita de la vuelta de mi casa, pero mi exceso de sobrepeso, la falta de costumbre, lo duro del suelo y mi pie plano, se combinaron para provocarme una dolorosa inflamación de las rodillas que me acompañó por más de un mes; anti-inflamatorios y terapia de por medio.

En esta ocasión mis rodillas se han portado muy bien. En cambio, me duele todo el cuerpo como si hubiera hecho algún tipo de ejercicio mucho más intenso. Bueno, también iba haciendo lagartijas de banca: diez lagartijas apoyado en un banca en cada descanso que encontraba. Tal parece que el entrenamiento constante provoca un efecto de acondicionamiento para soportar ciertos esfuerzos.

El día de hoy, por otro lado, tengo reunión con mi academia para completar unas tablas de criterios de evaluación de la asignatura. Lo malo, para mí, es que tengo que trabajar con gente que ha hecho su carrera en la Mixta y que están convencidos de que lo que se hace ahí es lo mejor que le ha ocurrido a la educación. La verdad es que son unos llenadores de formatos que no alcanzan un nivel mínimo de reflexión, y ese es el principal obstáculo para hacerles identificar los errores o las mínimas diferencias significativas entre lo que plantean y lo que es necesario. No voy a frontalizar, porque me da hueva, les voy a decir que sí y voy a sacar la tarea adelante en la forma en que sé hacerlas. Igual ni se van a dar cuenta.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Si he de ser honesto (y habitualmente tengo la firme intención de serlo; tampoco es que me funcione mucho, pero la intención algo ha de valer), tengo que reconocer que tiendo mucho a la desidia. En mis cuadernos y armarios se acumulan, a veces por años, tareas que de una forma u otra voy evadiendo. Aunque soy bueno y eficiente con el trabajo intelectual, soy capaz de mandar al diablo la tarea más interesante por cualquier actividad un poco más física, como cambiar un foco o arreglar un grifo que gotea (por cierto, considero la docencia como una estimulante combinación de trabajo físico e intelectual; al menos yo no me quedo sentado por mucho tiempo mientras dirijo una sesión). Al final voy construyendo una lista de espera de urgencias que, ahora sí, se vuelven un trabajo intelectual bastante físico. Ayer me tocó pagar un poco de lo mucho que debo por esa falta de disciplina y voluntad.

Resulta que tenía años postergando el examen de inglés de prerrequisito en la Escuela de Graduados y ayer, principalmente porque Glo me apuntó y me estuvo recordando la fecha, asistí a cubrir esa parte de pendientes. Pero el flojo trabaja dos veces, y a veces hasta tres. Como no hice las diligencias por mi cuenta, llegué a las 5:30 pensando que el examen estaba programado a las 6:00; resulta que en realidad estaba programado para las 4:00 (oh-ooh!), pero el maestro que aplicaría avisó que llegaría hasta las 7:30 (¡Diablos, qué hago mientras!). Salí a comprarme un capuchino, pero el único estarbuc que encontré estaba lleno y no me pude estacionar; volví con un café del otso. El tiempo se me hizo eterno, y el mentado maestro llegó hasta las 8:15. Y te juro que estuve tentado a largarme no menos de 25 veces en el inter, pero estaba seguro de que si me iba, pasarían al menos uno o dos años para que volviera a intentarlo.

Comencé mi examen a las 8:30 (el angelito llegó pidiendo copias; digo, si sólo tenía que darnos las hojas y esperar que termináramos -éramos 4 sustentantes-, ¿por qué no dejó el examen para que nos lo entregara Blanquita, la secretaria?) y la verdad es que no era tan complicado. Me tardé porque ya perdí la costumbre de escribir a mano -eso es malo, tengo que practicar-, pero la traducción era muy simple; se trataba de un texto que habla sobre la lingüistica y los aspectos que estudia. Me incomodó el examen de gramática porque en realidad se trataba de copias de algunas páginas de los cuadernos que se usan en el centro de idiomas, pero fuera de contexto resultaba complicado entender plenamente las indicaciones.

Oye, a las 9:45 sale el aplicador de marras con apuros de que el examen está planeado para dos horas (ya lo sé, imbecil; a esta hora yo debería estar en otro lado) y que debemos apurarnos. Terminé a las 10:15 con un dolor de cabeza terrible y una especie de estrés postraumático reflejado en el deseo cuasi-incontenible de azotar la cabeza de un maestro de inglés contra el piso. Afortunadamente me marché lo bastante pronto como para no permitir que mis instintos afloraran.

Dormí como angelito.

martes, 11 de noviembre de 2008

Yo no sé si es exceso de entusiasmo de gente que se para en un ladrillo y se marea o si realmente estamos presenciando un nuevo acto de autoflagelación. Lo cierto es que parece que mi Escuela Normal está llena de gente que no sabe ganar.

Te pongo en contexto. Resulta que desde que llegó, la administración actual ha enfrentado una crisis permanente en torno al logro de resultados. La principal razón ha sido la falta de planeación y de diálogo. Así las cosas, un día, hace un par de años, el asunto más importante que se ventilaba era el tiempo de estancia de los maestros, no su productividad o eficiencia: su estancia. A tal fin se comenzaron a implementar una serie de medidas, a cuál cada vez más absurda, para contabilizar el tiempo que duran los maestros en la escuela. En el inter, en cambio, no se ha generado un solo programa académico coherente y con seguimiento.

El epítome del absurdo llegó cuando se generó una nueva jefatura encargada del control de asistencia que, no teniendo una misión más clara ni competencia sustentable para más, se ha dedicado a cometer actos de intimidación y de hostigamiento contra los docentes, por medio de circulares, memorandums y oficios donde "advierte" sobre las consecuencias de no seguir sus indicaciones.

Fuera de la megalomanía de este personaje, otros proyectos habían comenzado a arrancar después de tanto tiempo. Por primera vez en varios años tuve la oportunidad de ver algunas academias metidas en el trabajo de cumplir con las peticiones de la subdirección académica (indicadores y reactivos). Por primera vez en años pude observar cómo se comenzaba a sistematizar efectivamente el manejo de la información relacionada con la docencia. Organización y generación de bases de datos. Recopilación y seguimiento de productos. Asignación de responsabilidades concretas, toma de compromisos (con plazos) por parte de gente que nunca había aceptado hacerlo. En fin, poco a poco, pero se veía que la cosa comenzaba a moverse; poco espectacular, pero eficiente.

Es cierto que la directora está muy enojada porque los maestros no hacen quiensabequé que deberían de hacer de acuerdo con quiensabequeplandetrabajo que nadie conoce.

Hoy se ha ido todo por la borda. En uno de esos inexplicables actos de autosabotaje que han marcado el sino de la presente administración, se recurrió una vez más al choque y a la generación del malestar. El ya mencionado funcionario comenzó a repartir oficios en donde se atreve a evaluar el desempeño de los docentes a partir de sus listas de asistencia, y les espeta un porcentaje de rendimiento/asistencia que, obvia decirlo, está más cargado de mala leche que de un ánimo por mejorar el servicio de la institución.

¿Quién querrá seguir trabajando por sacar adelante cualquier proyecto en esta escuela, ahora que una vez más se nos ha espetado que lo más importante no es hacer, sino estar ahí? ¿Alguien estará tranquilo ante la amenaza de descuentos o de actas administrativas en contra? ¿Esa es la forma correcta de promover el trabajo por la Institución? Creo que alguien no tiene clara la idea. Ninguna.

Ese es el estilo que espero que no dure ya mucho tiempo y que tanto daño la ha hecho a la ENSMSG. Te aseguro que la Normal es otra cosa. Y espero que tengas oportunidad de verlo algún día. Cuando se vayan.

Pronto, de preferencia.

viernes, 31 de octubre de 2008

Leí hace tiempo que una de las críticas que recibe la hipnosis como forma de indagar en el pasado de la gente es que muchas veces el hipnotizado acaba creyendo recuerdos que le son implantados por el hipnotista; recuerdos que conserva aún en estado de vigilia. También leí que fenómenos similares pueden construirse a partir de charlas o sueños, como cuando escuchamos a nuestras madres contar algún episodio de nuestra primera infancia tantas veces que acabamos por pensar que efectivamente lo recordamos, cosa que es falsa y habitualmente imposible. En ambos casos el fenómeno recibe el nombre de falsos recuerdos o recuerdos implantados.

También podría alegar demencia temporal o pérdida aleatoria de la memoria. Incluso Alzheimer puede ser un buen justificante considerando lo avanzado de mi edad. Lo cierto es que este tipo...



...para nada es Christopher Walken, sino efectivamente, como dice Oscarín, Terence Stamp. Pero te juro que yo "recuerdo" haber leído el nombre de Walken en los créditos de la peli en cuestión.

En fin, el olvido me acaba de costar una comida que ya veré cómo y cuando pagaré. ¡Salud!
Soy un bruto recurrente. Ayer dejé encendidas las luces de mi coche y se quedó sin batería. Lo dejé en la Normal para que se cargara, pero a las 12:30 aún no acumulaba suficiente fuerza como para encenderlo. Pude sacarlo y encenderlo con un pequeño empujón: me habría ahorrado tiempo y esfuerzo de haber contemplado temprano esa opción (habría sido fácil conseguir ayuda).

Hoy me fui a Chipinque solo, pues Gil no me devolvió el mensaje de invitación. Subí por una vereda y me costó más trabajo de lo habitual: o ando agotado o estoy dando el viejazo.

Hoy me toca ir de jurado en concurso por horas de asignatura, con dos participantes (una de ellas es la a-lucy-nada de Lucy, a quien deseo lo mejor). Ayer tuvieron su clase práctica y las dos aspirantes se morían de nervios. Ambas lo hicieron de una forma aceptable, aunque un alumno (David) tuvo mejores intervenciones que ellas; claro, él estaba en su grupo de siempre y con su raza; nunca será igual que pararse por primera ocasión frente a un grupo. Somos cinco jurados y, aunque tengo mi corazoncito ladeado, el dictamen tiene que darse en estricto apego al desempeño, de acuerdo con las reglas del juego.

Hoy descubrí el nuevo sitio de videomúsicales de MTV y francamente me parece que es la neta-del-planeta. Localicé uno de mis videoclips favoritos: Weapon of choice de Fatboy Slim. Lo que alucino es el vídeo con el camaleónico Christopher Walken, no la canción.



A ver qué te parece el Walken volando (ya había volado como el General Zod en la película de Superman II).

Por la noche nos reuniremos en el Casino Internacional "Le petaquê" para escuchar las calaveras que escribió el Generalazo Jorge Segura. Me las voy a volar para publicarlas en caliente (antes de que se enfríe el día de muertos).

domingo, 19 de octubre de 2008

Hoy pienso preparar sushi para la cena (que realmente no se llama sushi, pero es el nombre con que lo hemos popularizado). Ya preparé el arroz y me quedó en un punto excelente. El secreto es enjuagarlo muy bien antes de cocerlo; hasta que salga transparente el agua. Tuve que preparar un vinagre casero porque se me acabó el vinagre de arroz, pero me quedó muy rico.

Si me preguntas cómo voy con mi trabajo, no te voy a contestar. En cambio, probablemente, te diré la receta del machacado con huevo, o un poema de Girondo.

sábado, 18 de octubre de 2008

Estoy bien frustrado y encabronado. Hoy (ayer) tuvimos una especie de curso relámpago sobre la elaboración de instrumentos y materiales para la evaluación. Se trató de algo super ligth; limitado a una presentación con explicaciones. Eso no es lo malo; lo malo es que se espera que a partir de esa explicación superficial, algunos maestros asumamos la tarea de explicar al resto de nuestros compañeros la forma de elaborar dichos instrumentos (tablas de especificaciones y reactivos) y que orientemos su construcción. Claro que es punto menos que inviable, pero la administración de la escuela no quiere ver eso: quieren resultados, pero se evaden de la responsabilidad de tomar decisiones coherentes.

Dos cosas me llamaron la atención, además de lo mencionado: Una, que la subdirectora académica no se quedó para tomar el curso (y tener una base para exigir resultados) y, de hecho, no lo ha tomado ninguna vez, aunque es la principal promotora de sus bnondades (es un curso que se ha impartido muchas veces); Dos, que cerraron la biblioteca para la reunión aunque a un lado estaba una sala de reuniones, nuevecita, completamente sola, que supuestamente se construyó para hacer este tipo de reuniones sin cerrar el servicio de biblioteca a los alumnos. Ahí andaban los pobres muchachos, bien angustiados, buscando materiales para preparar sus clases, pero la biblioteca estaba cerrada.

Resulta frustrante darte cuenta de lo mal y poco que se planifican las actividades que se consideran fundamentales; ¿qué se puede esperar de lo que consideran superfluo. Aunque, bueno, a las construcciones si le ponen atención.

sábado, 13 de septiembre de 2008

He andado con una pereza increíble. Me ha costado trabajo arrancar de nuevo; después de un año como asesor, y de unos meses megatensionantes a causa del compromiso editorial, es fecha que apenas y comienzo a sentir el flujo de ideas y de sangre bajo la piel de mis dedos.

En forma relativamente lenta he ido estableciendo las relaciones necesarias con mis grupos (cuatro de secundaria y dos de normal). He cometido errores tremendos en cada clase, y he tenido que invertir mucho tiempo en controlar los daños. Aún ahora me siento un tanto preocupado por la marcha de las cosas en mi curso de Estrategias Didácticas; después de todo se trata de una asignación que peleé por mucho tiempo y ahora que tengo la oportunidad de impartirla, me cuesta mucho quitarme la camiseta de lingüista para ponerme la de didacta. Voy a apretar tuercas al responsable: es decir que a mí.

La Normal se está volviendo cada vez más caótica y simuladora, pero ya me vale madre. Van a ser meses de cáos por la conjunción de elecciones sindicales y el arranque del proceso político en el estado para las elecciones intermedias, pero mira: que se hagan garras por el mísero botín que tanto ambicionan (son muchos perros peleando por un par de huesos, y bien pequeños lo dos), yo, francamente, de la Normal no espero ya más que un espacio para ejercer la docencia, que es lo que me gusta hacer (aparte, claro, de escuchar mi linda voz mientras hablo).

Nuevo compromiso editorial. Nuevas fechas límite para entregar un montón de cosas que no sé cómo voy a hacer. El libro de primero ya está en proceso de revisión. Estoy seguro de que lo van a aprobar porque estoy convencido de que soy buenísimo para construir diseños didácticos. Te apuesto un tequila y nos lo tomamos juntos: me aprueben o no, yo me tomo un tequila. Reposado, por favor, porque de seguro lo vas a pagar tú.

martes, 26 de agosto de 2008

domingo, 17 de agosto de 2008

Sólo para que lo sepas: ya mandé tres bloques (el tercero lo envié el miércoles o jueves, no recuerdo), y estoy trabajando en el cuarto. Nada espectacular, pues lo más complejo ya pasó. Seguramente mañana termino este cuarto bloque y antes de que termine la semana concluyo. Lo siento por mi editor que debe estar jalándose los pelos, pero hay imponderables. Ayer tuve que irme de gira a las librerías para conseguir un jodido texto que no encontré revisando toda mi biblioteca y mi hemeroteca personales. Me tardé tres días en conseguir el texto. Por eso extraño la ayuda de Glo; ella tiene magia para encontrar textos de acuerdo a ciertas características.

Me duele el codo. "Codo de tenista" creo que le llaman; es una inflamación en los tendones por forzar la postura al momento de teclear. Ya me tomé cuatro analgésicos y dos tequilas: eso debe bastar.

miércoles, 30 de julio de 2008

Terminé otro bloque. Lo mandé. El tiempo apremia.

Pero tenía el pendiente de escribir este texto para responder preguntas que le quitan el sueño a una desvelada. Perdonando lo breve de las respuestas; mejor de esta manera que dejarlas guardadas.

Primero el recuento de los daños: el viernes pasado concluyeron los exámenes profesionales de mis alumnos, y debo asumir que la experiencia global no me dejó un buen sabor de boca. Hay demasiados vicios, creencias y rituales de por medio. El grado final se encuentra revestido de una gran cantidad de supersticiones sobre "lo que debe ser", y no parece que haya ni voluntad ni talento suficiente para transformar las cosas. Algunos exámenes fueron una tortura para mí y para mis alumnos. En el de Rubén, por ejemplo, Martha actuó con toda la inquina y mala leche que le fue posible; y ahí seguirá, perpetuando sus prácticas de agresión (imagínate, retó a Rubén porque se "atrevió" a proporcionarles a los alumnos "El principio del placer", porque, dijo, es una obra inmoral y llena de obscenidades, poco adecuada para los adolescentes). Y en otro examen, donde fui de secretario, Gilberto me exhibió frente al alumno sustentante porque cometí un error al hacer un comentario (que no era evaluación ni descalificación de mi parte: simple desacuerdo). Y eso que poco antes, en otro examen donde estuvimos juntos, yo le acababa de decir a una alumna que no se valía hablar mal de los colegas ni exhibirlos. En fin.

Luego, a partir del viernes, fue un estado de sitio total en que me dediqué a escribir y escribir. De repente me sentía como dentro de uno de esos sueños febriles donde ves el final del camino, pero caminas y caminas, y aún así no llegas. Y es que cuando yo pensaba que estaba a punto de terminar, identificaba un nuevo hueco o una nueva complejidad. Finalmente terminé el bimestre ayer por la noche y lo mandé. Hace rato me habló Roger para decirme que lleva errores y "algunos detalles". Ni modo, que el editor haga su chamba, si no de qué se trata. Por lo pronto ya estoy con lo que sigue. Tengo hasta el domingo (yo me doy hasta el lunes, pero queda entre nosotros) para terminar un bloque entero; y sí lo puedo hacer. El problema lo voy a tener con el 5, que se me va a empalmar con el regreso al trabajo. Ya te contaré cómo me fue con eso.

Hoy estuve en la ENS porque me enteré de que a los aspirantes a asesores para el próximo ciclo escolar los están examinando con la elaboración de un ensayo, y estaba muy interesado porque es algo que yo he peleado mucho, que los asesores deben ser capaces de redactar un texto claro y coherente, de preferencia bien sustentado (luego te contaré el triste caso de una investigación sustentada en revistas de divulgación que se publicó en la revista de la escuela de graduados), antes de exigirles a los estudiantes que hagan un ensayote. Hasta lo que vi hoy, esto tiene la pinta de ser un acto más de gesticulación. Estaré al pendiente para ver qué tan seria es la cosa. Y para que no digas que nada más critico y no propongo: antes de terminar el ciclo anterior le ofrecí a la directora que yo estoy dispuesto a impartir un taller de tipología y características textuales a los asesores (de redacción no, porque enseñar a redactar es enseñar a pensar, y hay trabajos que no me interesa abordar); hasta ahora no me han tomado la palabra. Por si tienes dudas, sí soy experto en el tema, y es algo que ya he hecho más de una vez fuera del salón de clases.

Y ahora, mi querida desvelada, si el desvelo te ha dado para llegar hasta este punto, voy a develarte algunos misterios. En primer lugar debo aclararte que no todos mis amigos de la normal pueden ser catalogados como enemigos de la administración o como simples inconformes. Resulta que lo que los define no es la postura crítica sino la formación intelectual. Hace tiempo alguien comentaba que integramos un círculo muy cerrado, y en cierta manera es cierto: todos tenemos el hábito de la lectura, y no sólo de textos literarios, sino de filosofía, sociología, lingüística, pedagogía, etc.

La cultura, mi querida niña, nos hace críticos. Solía decirme Rogelio que mientras más profunda es tu formación más intolerante te vuelves ante la pendejez ajena: estoy de acuerdo.

Aún así, algunos de mis amigos comulgan con una u otra forma de ver las cosas en la Normal, y no hay problema. Somos colegas, amigos y un grupo de personas capaces de entablar un diálogo en el que algunas veces tenemos la razón y otras no. Eso es algo que sólo es posible en nuestro círculo, porque fuera de él, tener o no la razón está relacionado con criterios que poco tienen que ver con la razón.

Y si trabajamos ahí es por muchas causas:

Una: la Normal no siempre ha estado en tan malas condiciones como ahora. Hubo un tiempo en que las diferencias se respetaban; la saña destructora con que se ejerce actualmente el poder es un invento relativamente nuevo. Justamente me he dado a la tarea en los último años de llevar un registro de acontecimientos y sus consecuencias que, cuando sea oportuno y menos peligroso para mi salud, se convertirá en una interesante crónica que, espero, nos ayudará a evitar que se cometan los mismos errores y excesos en el futuro.

Dos: la Normal no les pertenece. Así lo creen. De hecho actúan como una dinastía que tuviera derecho de sangre al control -y a su lana-, pero es una falsa percepción que se ha fortalecido por la poca atención que las autoridades educativas nos conceden. Al gobernador lo único que le interesa de nosotros es que no salgamos a bloquear Venustiano Carranza. En todo caso, la Normal nos pertenece a todos por igual, maestros y alumnos. Que actualmente algunos estemos marginados de la toma de decisiones (o afectados por) no hace mala a la Normal. La Institución es más grande que las personas, y a eso le apostamos.

Tres: Además de ser una comunidad culta, otra cosa que nos distingue es que somos personas que amamos profundamente nuestro trabajo (y si fuiste mi alumna deberías recordarlo), y tratamos de transmitir esa pasión a nuestros alumnos.

En cuanto a tu referencia al "disque" (debe ser: dizque)huracán, donde implicas que mi comentario es exagerado, e incluso mal intencionado, déjame te cuento lo siguiente. El viernes 25 leí una nota donde se mencionaba que el tesorero, Luis Dondé, estaba muy molesto con Jorge Camacho, Director de Protección Civil, por haber decretado la alerta en el estado, lo que obligó a su dependencia a dar la tarde y el día siguiente (miércoles y jueves) a sus empleados, con lo que se perdió mucho dinero en recaudaciones, dado que el mentado huracán nunca llegó.

Lo que no sabía el C.P. Dondé cuando hizo su desafortunado comentario, es que no se trató de una ocurrencia del buen Camacho, sino de la aplicación de una serie de protocolos nacionales de seguridad que se han construido a partir de las experiencias desastrosas que ha tenido nuestro país. Los huracanes no tienen compromisos ni honor, son de trayectoria impredecible; lo más que se puede hacer es marcar una serie de rutas posibles a partir de las condiciones observables. Cuando Jorge Camacho decretó la alerta naranja, lo hizo respaldando la alerta de aproximación decretada por el Consejo Nacional para la Prevención de Desastres, cuyos protocolos incluyen la suspensión de clases y de actividades en las oficinas de gobierno. De hecho, la alerta naranja se retiró el jueves en la tarde-noche, y la masa de agua (que ya no huracán) pasó a unas decenas de kilómetros al norte de la mancha urbana.

Ahí llegamos al punto que nos interesa. Las escuelas de la región no actuaron de buena fe al suspender clases: aplicaron los protocolos de seguridad. Que no haya llegado el huracán es un evento afortunado que no se podía predecir. Las autoridades de la Normal no tenían a las tres de la tarde, hora en que se retiran los alumnos y tiempo límite para anunciar la suspensión de labores para el día siguiente, ninguna información fidedigna que les apoyara en la decisión de no suspender. Con todo y la formación científica de quienes integran la administración, se la jugaron a un volado; a un irracional acto de fe ("No creo que llegue"). Que los hechos les hayan dado la razón no disminuye el peso de su fallo.

¿Ves? las cosas no son tan simples.

Y no eches en saco roto tus ganas de leer y de escribir. No duele y es muy productivo, intelectualmente hablando.

Que tengas dulces sueños.

miércoles, 23 de julio de 2008

Ante la inminente llegada de las aguas arrastradas por el huracán Dolly, instituciones educativas como el ITESM y la UR, entre muchas otras, han decidido suspender las clases y lo han anunciado desde hoy, para evitar que sus alumnos salgan el día de mañana. Algo similar han hecho oficinas de gobierno y algunas empresas.

En la Escuela Normal Superior "Profr. Moisés Sáenz Garza" del Estado de Nuevo León, en cambio, en uno de esos incomprensibles actos de soberbia (o de profunda incompetencia y estupidez) anuncian rimbombantemente que las actividades se mantienen igual que siempre, que no hay motivos reales para suspender.

Es verdad. Ya en otras ocasiones el gobierno ha decretado una alerta, con sus medidas precautorias incluidas, que a final de cuentas no habrían sido necesarias... claro, de haber tenido facultades adivinatorias. Pero parece que alguien en la ENSMSG sí tiene esas facultades y puede anticipar que no lloverá, que no habrá riesgos, y que el resto del mundo son unos alarmistas.

Lo cierto es que además de un profundo desprecio por la seguridad de alumnos y trabajadores, lo que están evidenciando las autoridades de la escuela es la terrible mezquindad que les ha servido de motor durante los últimos años: "les vamos a dar un diploma, que se lo ganen", "que no crean que el trabajo es de gratis", "si no tienen alumnos que vengan a una junta, para que no crean que se pueden tomar el día", "aunque sean trabajadores, que paguen, no tenemos por qué regalarles nada, luego no lo aprecian", etc., etc.

Pinches aspiracionistas patronales, pero con los dineros ajenos. Claro que si en la mañana está lloviendo fuerte, dirán a los trabajadores y alumnos que hayan llegado que mejor se devuelvan, que Protección Civil dio la orden de cerrar la escuela, y que se jodan si tienen que atravesar la ciudad inundada, pero ahí no se pueden quedar...

Finalmente, espero que tengan razón y que no ocurra nada porque, ¿sabes?, si acaeciera una tragedia, seguramente sería a un inocente; y no quiero que eso pase.
Ya llevo tres exámenes pasados a partir del lunes. Primero fue Teresita, que hizo una presentación aceptable y que respondió de manera también aceptable a las preguntas de Gloria y de Carmen, que integraron el jurado junto conmigo; la aprobamos por unanimidad. Después siguió Liz, que hizo una excelente presentación y una defensa apasionada de su punto de vista, por lo que nos impresionó lo suficiente como para otorgarle la unanimidad y la felicitación. Me gustaron mucho las preguntas de Gloria; se nota que está bien compenetrada con el sentido formativo de la institución, la carrera, el último año, el documento y el examen profesional. De Carmen no puedo quejarme, pues hizo preguntas precisas y reflexivas, aunque me parece que abusó un poco de las preguntas conceptuales ("qué es", "qué significa", etc.), lo cual -pienso- está fuera de lugar.

Ayer presentó Cristina. Su presentación del tema fue mala, porque la bruta se aprendió de memoria el guión y lo estuvo recitando, además de llevar unas diapositivas con errores que se suponía que ya había corregido. Lo bueno fue que en su interrogatorio recuperó un poco la compostura y le alcanzó para aprobar el examen. Ahí estuvieron en el jurado Gilberto y Martha mi exalumna que no me puede ver. El interrogatorio de Gil fue bueno, reflexivo, yo diría "escarbante", que obligó a la flaca a hacer un ejercicio de instrospección al que no está acostumbrada. Martha no fue más allá de las formas; todas sus preguntas y observaciones giraban en torno al documento, su formato y su contenido. Lo malo es la intención con que se estaba moviendo: estaba tratando de encontrar o provocar el error en vez de la reflexión.

El problema es que ella es una de las muchas personas atrapadas en el dogmatismo del documento como equivalente a una tesis, y creen (de verdad creen, no es por mala intención)que ese documento representa la síntesis de la carrera, sin darse cuenta de que la verdadera riqueza se encuentra en la experiencia docente. Ni hablar. Cris aprobó, pero el examen no me dejó un buen sabor de boca.

También estuve con un alumno de Gil, Inti, que hizo una presentación muy buena y una muy buena defensa. Me gustó. Incluso me gustó la actitud de Martha que en este segundo examen demostró que puede ser mas reflexiva. Inti habría alcanzado la felicitación de no haber traído un promedio tan bajo; digo, tampoco es como que sea más fácil encontrar plaza porque traes una mención honorífica en tu acta, pero supongo que les estimula de alguna manera.

jueves, 17 de julio de 2008

Probablemente no puedo rellenar el espacio perdido. Es decir: después de tanto tiempo sin escribir, está cabrón para hacer una crónica retrospectiva. Además, han pasado tantas cosas (la mayoría de ellas de mínima trascendencia) que no se me ocurre práctico registrarlas todas.

Si te diré, por ejemplo, que de la última vez que te escribí hasta hoy, terminé con el curso que estuve impartiendo en Linares por seis meses, y ha sido una gran descarga el dejar de salir cada sábado en la madrugada para llegar a tiempo; además de que siempre me resulta un tanto frustrante trabajar con maestros, porque acuden a los cursos con esa actitud de derrota que se ha vuelto tan característica en el gremio ("otra vez lo mismo", "esto no sirve para nada", "nada va a cambiar", y cientos de frases por el estilo). Tal vez por eso me da tanto gusto ver que a final del curso hubo algunas transformaciones evidentes en al actitud de algunos y en la aptitud de otros.

También hay casos perdidos. Tuve un alumno-maestro que muy seguido se salía del curso porque se iba a atender unos juegos de futbol, y eso era lo realmente importante para él; por supuesto que su nivel de participación y de reflexión es lamentable: para él, inscribirse en el curso fue un mero trámite, y seguramente recibirá una constancia de que asistió (no, yo no cubrí ninguna función administrativa, yo sólo impartí el curso), pero poco habrá servido para él y para sus futuros alumnos.

Por esos días también terminé con mi curso de la Normal. Mis alumnos concluyeron y entregaron sus documentos recepcionales. Ellos trabajaron bien y aprendieron lo que tenían que aprender durante este último ciclo. Vamos a ver que dicen los jurados, último obstáculo que tienen que librar mis ex-alumnas antes de poder sentirse libres de la ENS. Porque sigue bien contaminada la situación: las fetichizaciones en torno al documento recepcional y el examen profesional les han convertido en cúspide y síntesis de un proceso formativo cuyas bondades y eficiencia se manifiestan en estos dos últimos productos... al menos así ocurre en el imaginario institucional. Al final de cuentas seguimos metidos en una dinámica que no es capaz de discernir lo fundamental de lo accesorio.

Cerré el año en la secundaria, pero no lo cerré del todo, porque dejé asuntos pendientes como la entrega de planificaciones; así que no es una tarea concluida. Ahora, lo que me tiene absorbido es el trabajo autoral. Escribir, escribir, escribir. A Oscar le da mucha risa que esté haciendo de negro; en realidad no: soy coautor y, si todo funciona bien, cobraré buenas regalías. El problema es terminar los libros. Por lo pronto tengo un mes para concluir el 80% del trabajo. Sí termino; pero no deja de ser tensionante.

Mi hijo mayor acreditó su examen para entrar a la preparatoria en el programa internacional, y parece que va a ser una experiencia interesante. Por cierto, ayer fui a la junta informativa para padres, y me encontré a Memo Berrones dando clases de español ahí. Sólo para la reflexión: la subdirectora del bachillerato (una mujer afabilísima, inteligente y muy entusiasta) afirmó que pocos maestros aceptan trabajar ahí, porque son sometidos a evaluaciones externas internacionales; no más comentarios. Lo que sí quiero destacar es que se mencionó que el puntaje mínimo (en el examen de selección) para aceptar alumnos al bachillerato en esa escuela (no sólo en el internacional: en la escuela) fue de 85 puntos. Ayer me di una vuelta por la normal, y me di cuenta de que se están aceptando aspirantes ¡con 30 puntos! Tú dirás.

El lunes comienzan los exámenes de mis alumnas y mi alumno. Por si a alguien le interesa, subí los videos de sus presentaciones a la siguiente dirección
http://mx.video.yahoo.com/mypage/video?s=693519
El sonido no es muy bueno, pero al menos pueden ver lo que les menciono acerca de que, pienso yo, tienen una idea bastante clara de lo que es la reflexión sobre la acción en educación.

A ver si mañana o pasado le sigo. Aunque en estos días no tengo mucho que contar: estoy sentado y escribiendo... y corrigiendo.

miércoles, 25 de junio de 2008

¿Cómo puedo mantener un habituario si no le dedico al menos unos minutos de vez en cuando?

Estoy saturadísimo con la revisión de los trabajos de mis alumnas y alumno de octavo. Ya estamos en la fecha de entrega y están a punto de vivirlo tal y como yo lo hago: viéndola pasar de largo. No es cierto, pero sí me he visto bastante cargado.

Además voy retrasadísimo con las entregas del libro. Eso no me apura tanto porque sé que a partir de la próxima semana podré dedicarme de lleno a esa tarea, aunque también estoy seguro de que la confianza de mi editora debe de estar a la baja por ahora.

Para colmo, tengo encima todo el montón de requisitos que hey que cubrir para el fin de curso en la secundaria. Lo bueno es que hoy ya no fueron los barbajanes de tercer grado, que, francamente, ya no sabía cómo controlar.

¿Ves? Por eso no he agregado nada a mis notas (que ideas tengo muchas, a ver si no lo resuelvo subiendo directamente los audios que grabo cuando se me ocurre algo), ni a la LL. Bueno; ni a las minis he agregado casi nada (aparte que he estado batallando para mandar los correos desde el celular).

¡Ah! y el sábado cierro mi diplomado en Linares.

Estos fines de cursos me atarantan.

miércoles, 18 de junio de 2008

Finalmente fueron cuatro... dobles. Casi que de jilito. Ora el problema no va a ser dormir, sino despertar.

Full, ¿fault?

Ya me acabé un día y comencé otro, y lo que no terminé fue mi lección pendiente. Me estoy gastando como las piedras de afilar que por ser piedras parece que nunca se gastarán, y el dulce tequila, que antaño me reanimaba y me inspiraba, ahora se ha vuelto un narcótico que debo evitar. Hoy salí de la Normal dejando a Glo en una predefensa, a Gil en un marasmo, y a Oscar y a Lucy a punto de tomarse un café. De verdad me costó decirles que me tenía que ir. De verdad me costó irme. Hubiera preferido quedarme ahí, jugando a verle el escote a Lucía o a picarle las costillas al Oscar, pero tuve que encerrarme a trabajar.

Y para colmo ahí estaba también Graciela. Graciela que me vio cuando era joven, esbelto y vigoroso; Graciela, a quien amé por pura solidaridad con mis hermanos de juventud, Leo y Ernesto, que se peleaban por ganar su mirada, su sonrisa y su favor, y en cuyo honor agregaba los míos a sus cortejos aunque mi afecto estuviera rebosando por Dorita. Me hubiera gustado sentarme con ella a robarle unos minutos para poder verme joven otra vez en sus ojos aunque fuera por esos minutos. Pero no puedo.

En estos días mis días no me pertenecen.

Y aunque habría preferido sentarme con Gil para explicarle porqué sería bueno que me dejara trabajar con los grupos de tercero y de quinto semestre el próximo semestre, estoy aquí sentado en mi rincón de gatas, sudando como cerdo, que nunca he visto a un cerdo sudar y a lo mucho los veo en chicharones y sólo una parte de ellos, encabronado y frustrado de que una puta piedra semántica se me atraviese en el camino y no me deje avanzar.

Y para acabarla de joder, volteo para arriba, veo la luna, y ni siquiera la puedo disfrutar porque el cabrón de Oscar ya se la está ligando y en un descuido ya se la fornicó.

Ya me voy a dormir. Un tequila y a dormir.

viernes, 13 de junio de 2008

Jo'ér

Nada resulta simple últimamente. Es viernes por la noche y tuve que pedir una prórroga a mi editora para mi primer entrega del libro de español que estoy escribiendo en equipo yo solo. Porque resulta que la gente que me ayuda no tiene tiempo para ayudarme y yo, que de entrada no tenía tiempo cuando me metí en esto, estoy teniendo que mover un montón de cosas para salir adelante. Tengo, sin embargo, dos claridades: voy a sacar adelante este compromiso, y voy a reorganizar mis prioridades en esta vida.

Por lo pronto, hoy no asistí a la secundaria, y no me preocupa tanto, porque ya entregué resultados de tercero para el quinto bimestre. De segundo, artísticas, no he entregado pero pienso hacerlo el lunes; y que se le hinche la nariz a mi subdirectora, pero tengo otras urgencias que atender. De hecho, lo que avancé el día de hoy me quedó chulo, chulo.

Acabo de tomar la decisión de no ir mañana a Linares, y será la primera vez que falte en 17 sábados. Tampoco es que me sienta muy culpable: cuando empezó eso del diplomado me ofrecieron, para convencerme, las nalgas y las tetas de la virgen; lo único que he conseguido es una puta drag queen tratando de darme apordondesepueda. Y lo digo porque en todo este tiempo no he recibido un quinto de viáticos y apenas se me ha dado menos de la mitad de los gastos de gasolina, y la agarradísima encargada de los dineros todavía se me pone en plan de que yo no estoy haciendo las cosas como se debe (hablo del CECAM, no de la ENS).

El gusto que me queda de esta semana es que mis niñas de octavo están haciendo un trabajo conceptualmente muy superior a lo que mi muy decaída Alma Mater acostumbra. Sus trabajos son complejísimos y profundamente reflexivos, aunque hasta ahora ha resultado evidente la falta de lectores para ese tipo de trabajos. Tampoco es que sean perfectos: tienen una ortografía y una sintaxis para tirar a la basura, pero para eso existen fracasados en este mundo que lo único que saben hacer es corregir la ortografía.

Precisamente ayer, jueves, una de mis niñas, Deya, hizo una presentación que me hizo estremecer hasta el tuetanito. Y no es que se haya puesto emotiva o sensacionalista; al contrario, fue clara y profesional; tanto que me hizo sentir hinchado de orgullo y satisfacción. Vaya, que hasta las lágrimas me arrancó. Lo único malo es que después llegó mi muy querida y contaminada Glo a decirme lo mal que estoy haciendo las cosas y lo muy probable que es que mis alumnas salgan mal, y ahí me mandó al diablo toda la satisfacción para llenarme de enojo por la existencia de esa pinche dinámica escolar que todo lo sume en la mediocridad y en la autodestrucción. Y no me hago güey: todo este desmadre lo han construido Eva, Lety y el chaparro (aunque este último más por omisión que por acción).

Otra cosa es que mi ñoño consentido, el único varón, anda de capa caída porque tuvo un par de fallecimientos consecutivos en familia, y eso, quieras que no, pegó en el ánimo del grupo.

Me acuerdo tanto de Franz en "La insoportable...". Quien pudiera blandir la escoba de Hércules... quién tuviera la fortuna de ver llegar el rabo de nube al que le cantó Silvio.

miércoles, 11 de junio de 2008

Apendejao

Ya me tiene estúpido el montón de trabajo que tengo (aunque Lucía diría que es parte de mi naturaleza y de la edad). No he podido terminar el primer capítulo del libro, y lo tengo que enviar el viernes. El lunes estuve comentándolo con Ily, y me hizo una serie de observaciones que me ayudaron mucho, pero lo cierto es que aún tengo mucho por escribir.

Además de todo, y para empeorar el cuadro, mañana tengo que entregar resultados bimestrales de español, y todavía no termino de revisar los exámenes. Es que están espantosos. Lo malo de un examen mal elaborado es que luego se vuelve un problema revisarlo.

Mañana (hoy, en realidad) van a comenzar mis niñas con su ejercicio de predefensa, y tengo que ir con una lectura previa de sus documentos recepcionales; obvia decir que a lo mucho iré con una escaneada. Acabé boicoteando la presentación de predefensas que se había organizado en el auditorio con todos los grupos, pero ¡por favor! Esta gente quiere convertir todo en ritual y ceremonia.

Lo de mañana será un auténtico ejercicio intelectual de humillación (y resistencia al castigo) y no las estupideces exhibicionistas que están organizando desde el limbo del conocimiento. Si mal no recuerdo, comienza Alejandra, así que a ella le va a tocar bailar con la más fea.

Luego te platico más, porque tengo que seguir revisando exámenes. Recuérdame contarte lo de la información sobre el Diplomado que me están pidiendo hace tres semanas y que no he mandado.

viernes, 6 de junio de 2008

Hoy essss vierrrrrnessss

Ya es viernes y, la verdad, no me siento como si esta hubiese sido una semana muy productiva. ¿Será porque tuve que dedicarle mucho tiempo a revisar borradores de documentos recepcionales? Lo cierto es que logré resolver el acertijo didáctico que plantea la lección que estoy escribiendo; ahora lo que falta es básicamente ir redactando instrucciones e insertando información, que es algo relativamente sencillo.

El miércoles en la noche estuvimos reunidos en el bar "La petaca" para festejar a Quique (Enrique Saucedo) que ya cumplió 51 años y sigue por la vida como adolescente retozón. Ahí nos encontramos con otro viejito: Memo (Berrones). Lo malo es que nos faltaron Oscar y Lucy para completar el cuadro bandolero. Estuvimos Hiram, Yla, Glo, Gil y yo. Por cierto, el que no llegó fue el dueño de la mesa en la que estábamos (Jorge Segura)

Ya de pasada, ese día ibamos a tener nuestra reunión de colegio (a las que se está integrando otra Gloria: Berrones), pero tuvimos que suspenderla porque a Gil y a mí nos citó la dirección para una reunión del PEFEN. Es algo así como un autocompló de la administración, porque en sus diagnósticos encuentran que falta trabajo colegiado, pero interfieren con el desarrollo del poco trabajo colegiado que se realiza como debe de ser: voluntario, apasionado y con caída en estilo libre, sí señor.

Ayer fue día lento. Por la mañana estuve escribiendo. Sí avancé. Luego a la ENS con mis muchachitos. Salí temprano y se me ocurrió ir al carguashe; obvio, a lavar mi carro, y hoy llovió en Apodaca, cuando fui a la secu. Que mi mañana en la escuela se fue rápido, porque estuve haciendo las evaluaciones pendientes. ¡Ya tengo que entregar resultados finales la próxima semana! ¿Qué voy a hacer con la caterva esa de trogloditas el resto del mes?

Ah, y ya me dijeron que el próximo año voy a atender segundo grado. Que pena, me ha gustado mucho trabajar con tercero.

martes, 3 de junio de 2008

Martes

El domingo estuvo del nabo, porque tránsito le secuestró el coche a mi esposa por estacionarse en lugar prohibido en Chipinque. Y ahí tienes que se nos fue toda la mañana en buscar papeles, pagar multas y recoger en carro en el corralón. Detalles al margen es un abuso sorprender a la gente de esa manera: por años se han estacionado en el mismo lugar y de pronto, sin avisos de por medio, van y levantan todos los carros.

En la tarde me puse a escribir mis lecciones pendientes: no es tan simple. Una cosa es ponerse a vomitar lucubraciones y otra cosa escribir didácticamente y de acuerdo con la camisa de fuerzas que nos pone Secretaría de Educación. No avancé mucho.

Ayer fue un día muy pesado. Seis horas seguidas en la secundaria, luego a la Normal apenas después de comer. Lo fastidioso es que me están exigiendo que entregue un paquete de lecturas que se me impusieron por capricho de la administración; lecturas que no tengo interés en realizar, ¿por qué habría yo de corregir el trabajo de otro asesor? Al menos yo no voy a permitir que vengan a decirme cómo tengo que hacer mi trabajo, a menos que sea alguien con material académico original escrito y publicado. Digo, que al menos cuenten con un mínimo de credibilidad y solvencia.

Hoy estoy muy apurado con mis lecciones. La próxima semana tengo que entregar el primer bloque de materiales y no voy muy adelantado. Por si alguien tiene la idea romántica de que la inspiración llega por encargo, le tengo una mala noticia: no es así. Lo fundamental es la dedicación.

sábado, 31 de mayo de 2008

Comprimido

El jueves no salí. Me pasé el día encerrado en mi guarida, organizando papeles, libros y revistas. Me urgía encontrar mi currículum y no lo hallaba por ningún lado. Nada memorable ni digno de compartir.

El viernes asistí a mis clases de secundaria, donde me limité a repasar un tema de tipos de palabras y la forma de elaborar un ensayo: temas para que el tiempo corra rápido. Al salir, pasé donde Rogelio para fungir como lector de un capítulo de su tesis: ese es trabajo y no lo que hago el resto del tiempo; por cierto, en el camino recibí una llamada del CECAM para preguntarme sobre el avance del Diplomado, y lo triste es que tienen tan poca información como yo.

Leer para buscar errores e inconsistencias es una de las formas más pesadas de trabajo intelectual, y eso es lo que hice con R. Terminé agotado, pero ahora no recuerdo si dormí una siesta al llegar a casa. Más tarde me encontré con Glo para entregarle unos libros y revistas de donde ella seleccionará algunos textos para las lecciones que tengo que armar (pocas personas saben seleccionar textos como ella: es un talento). Después llegué al super para comprar unos porta-revistas, y terminé el día ordenando mi colección de Muy interesante.

Hoy salí temprano para Linares, para impartir una sesión más del diplomado que estoy impartiendo (la enseñanza del español en la escuela primaria). Tuve muy pocos alumnos (6 de 14) y sólo avanzamos un poco a la lectura de textos, a charlar acerca de la funcionalidad y la estética de la escritura, del nuevo acuerdo para mejorar la calidad de la educación, de la certificación del conocimiento, de la necesidad de asumir compromisos individuales, de lo espantosa que se ve Elba Esther, etc. Al rato suspendimos para ir a almorzar; Anita llevó unas carnitas de cerdo riquísimas y quedamos en que el próximo sábado me va a llevar al lugar donde las venden, para traer a Monterrey.

Como había poca gente, aproveché para dar salida temprano. En el camino me venía durmiendo, por lo que llegué a casa y eché una cabeceada de 20 minutos: suficiente para continuar el día. Durante la tarde acudí con Glo para revisar juntos algunos materiales y hacer comentarios sobre las lecciones del libro. De pasada nos tomamos un capuchino en Starbucks: rico.

Ahora son las 11:00 y me muero de sueño. Comienzo a sospechar que puedo ser víctima de la fatiga crónica, que ya ha sido tipologizada como un mal de salud.

Oscar está amoscado porque no he publicado en la DobleEle. La verdad es que me apena, pero no he terminado el texto que corresponde con ese concepto.

Mañana, como dijo la Escarlete Ojara, será otro día.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Miércoles de cenizo ánimo

Hoy me ha resultado un día bastante largo. Inició a las 5:45 de la mañana, cuando contra todos mis deseos me puse de pie para iniciar con los rituales previos a la salida a trabajar. Aunque me apresuré, no pude evitar llegar casi diez minutos tarde a la secundaria.

Actualmente me encuentro impartiendo, además de mis clases de español, clases de artísticas a dos grupos de segundo. Hoy me tocó impartir una clase que involucra el uso de plastilina para modelar un rostro que después se convertirá en máscara mediante la aplicación de papel periódico y pegamento. Las dos horas clase se me fueron volando y acabamos todos con las manos llenas de plastilina. El problema fue para lavarnos las manos en el periodo del cambio de hora.

Después de una hora de descanso, ya tuve mi clase de español, en la que me dediqué a recoger y revisar los ensayos que elaboraron mis alumnos de tercero; varios de ellos muy bien hechos. Me siento muy satisfecho de la manera en que logré que esos muchachos llegaran a escribir. Descanso, hora libre, otra clase de español, más ensayos. Salgo a las 11:20 que siempre se convierte en 11:40 porque el maestro de la siguiente hora se retrasa (a propósito) y no me gusta dejar solo a ese grupo en particular.

En la tarde, después de comer, me quedé profundamente dormido mientras leía "Veinte mil leguas de viaje submarino". Dos horas perdí la conciencia y cuando desperté casi era la hora de salir a mi reunión en la Normal. Al llegar, me encontré con una escuela casi vacía; casi diría que muerta; que pena, pero así le gusta a Eva que se vea, de hecho ella es la que ha convertido a esta escuela en lo que es actualmente, y no es nada que pueda ponerlo a uno orgulloso.

La junta fue divertida, aunque no me quedó muy claro de qué se trató. Después pasamos a nuestra reunión de los miércoles; esa sí resultó divertida. Entre las discusiones, las reflexiones, la hipertensión y las piernas de Lucy, dos horas pasaron casi volando. En esta ocasión nos acompañó Gloria Berrones, y espero que continúe por ahí mucho tiempo, porque fuera del grupo de siempre (Oscar, Lucy, Ileana, Hiram, Glo, Quique, Gil, y yo) muy poca gente está dispuesta a entrarle a la chamba académica con constancia.

Ahora tendría que escribir mi currículum, pero estoy batallando con el escaner y me urgen unas imágenes. Ha sido un día muy largo.

martes, 27 de mayo de 2008

De regreso

Acabo de llegar de mi viaje al D. F. y la verdad es que da mucho para platicar: de los hoteles, de las comidas, del supuesto curso que fui a tomar, de los colegas autores de textos, de los vuelos. La verdad es que tengo material para rato. Lo malo es que los días no se detienen y supongo que lo que no registre ahora, se perderá en el olvido de mi muy frágil memoria.

Comienzo con los motivos del viaje: se supone que asistí a tomar un curso con el equipo de dictaminadores de libros de la SEP, quienes nos darían preciciones de lo que esperan encontrar en las propuestas editoriales. Nada más lejano: se trató de una triste simulación en la que no se aclaró nada. Los capacitadores fueron gente improvisada que no tenía nada que decir y lo evidenciaban cada vez que hablaban. En resumen: una lamentable pérdida de tiempo. Por cierto: la sede del evento fue el hotel Meliâ, que parece haberse convertido en oficina vitalicia de la SEP (y también a propósito: ese Fernando González -el Primer Yerno del país- está mejorando en mucho su presencia y su discurso; es más, ya le veo "piernas de corredor" para la Secretaría).

De los hoteles. El domingo llegué a reunirme con Rogelio en el hotel Catedral, a espaldas de la Catedral y una cuadra del Zócalo, lugar limpio, con buen servicio, tradicional, cómodo y económico que además ofrece internet inalambrico gratuito. El lunes, por indicación de la editorial, Larousse -ahora estoy trabajando con Larousse, nos trasladamos al hotel Fiesta Americana Reforma. El lugar es limpio, pero la atención es pésima, te cobran carísimo por noche y te cobran por usar el internet; claro que no lo contraté. Algo similar me ocurrió con el hotel NH la semana pasada, y con el propio Meliâ en una ocasión anterior. Moraleja: los hoteles tradicionales son una mejor opción.

De las comidas. Las comidas en los hoteles, en los Sanborns y en los restaurantes para turistas, son simplonas y desabridas; nada como el sabor de las fonditas y cafeterías tradicionales. Pero lo más mejor son los tacos callejeros, eso sí: bajo la responsabilidad y riesgo del viandante. Lo más sabroso fue el café en leche que preparan en el Café La Popular, por Cinco de mayo, a un par de cuadras del Zócalo; y los tacos de milanesa con nopalitos que venden en la calle por Bucarelli, a una cuadra al poniente de Reforma.

De los colegas no puedo hablar mucho porque realmente no llegué a conocerlos, pero sí puedo decir que hay mucha gente que, pese a que se dedica a escribir libros para secundaria, tiene ideas muy vagas acerca del currículum correspondiente. Eso sí: hay muchos poetas y literatos metidos a didactas. Tampoco es como la mejor alternativa al problema.

De los vuelos tengo que decir que me aterrorizan; particularmente al momento del aterrizaje. Particularmente el vuelo de regreso el día de hoy fue terrible: turbulencia al despegar, turbulencia al llegar a Monterrey, y un aterrizaje demasiado brusco para mí. Espero que pase un buen tiempo antes de que sea necesario que me vuelva a subir a un avión.

Dos días, ¿te das cuenta?

lunes, 26 de mayo de 2008

DF

Ya estoy en el hotel en el D. F. Estoy muy cansado y ya me voy a dormir, porque mañana me levanto temprano. Ayer tuve mi fiesta de cumpleaños y me fue como a las madres cuando celebran el 10 de mayo: me tocó cocinar y atender a los invitados. No, no era mi casa.

A ver si mañana sí me pongo a escribir en forma.

sábado, 24 de mayo de 2008

Sábado 24 de mayo

Hoy estuve trabajando con mi taller en Linares. Es un diplomado sobre la enseñanza del español en la escuela primaria. Aunque la inscripción es de 15 personas, hoy sólo asistieron 10, de las que tres llegaron bien tarde, una firmó y se retiró, dos más se fueron al poco rato, uno de ellos, el caso más decepcionante, se salió media mañana porque se fue a un partido de futbol. Después de la hora del almuerzo trabajé sólo una hora y marqué salida temprano, pues estaba trabajando con 6 personas.

Estuvimos hablando del proceso de composición escrita, de la revisión y corrección de los textos y de las propiedades del texto. Las maestras compartieron algunos escritos que redactaron a partir de la reflexión sobre la práctica de estos procesos en sus salones de clases.

La verdad es que este día no tenía ganas de ir hasta allá, principalmente porque dormí muy mal a causa del calor. Después me enteré de que en Linares y Hualahuises hubo un apagón que hizo insoportable la noche para la gente de allá. Imagínate: treintaitantos grados, sin viento y sin luz para encender un abaniquito. ¡Uf!

Más tarde voy a asistir a un convivio en la casa de los papás de Ileana, en Pesquería. Yo voy a ser el señor del transporte escolar, y voy a llevar a Gilberto y a Gloria. Voy con el firme propósito de ser moderado al beber, pues en la ocasión más reciente anterior me puse hasta las manitas y me quedé dormido a mitad de la fiesta. Todo un show que espero no repetir, ni ahora ni nunca.

Además, no puedo desvelarme mucho, porque el domingo (mañana) salgo para México por la tarde, para asistir al curso para autores de libros de texto que ofrece la SEP, por cierto sólo a autores de Español, Inglés y Geografía, que parecen ser las asignaturas con más problemas en esto de los libros. Rogelio ya está allá, pues se fue desde ayer para atender asuntos personales.

Ahora que lo recuerdo, olvidé avisar en la secundaria que iba a faltar el lunes. Ya lo había anticipado, pero no lo confirmé. De seguro me van a atascar todas las faltas de manera inmisericorde. Ese Pedraza no tiene corazón ni conciencia gremial. Ni modo.