miércoles, 19 de noviembre de 2008

El lunes aproveché el día de asueto para irme a subir Chipinque. En esta ocasión me atreví a trotar durante la subida que es mucho mejor que de bajada pues, como comentábamos ayer Gil y yo, de subida apoyas más las puntas de los pies, mientras que de bajada el impacto recae en el talón. Te platico que el año pasado estuve trotando un par de días en la placita de la vuelta de mi casa, pero mi exceso de sobrepeso, la falta de costumbre, lo duro del suelo y mi pie plano, se combinaron para provocarme una dolorosa inflamación de las rodillas que me acompañó por más de un mes; anti-inflamatorios y terapia de por medio.

En esta ocasión mis rodillas se han portado muy bien. En cambio, me duele todo el cuerpo como si hubiera hecho algún tipo de ejercicio mucho más intenso. Bueno, también iba haciendo lagartijas de banca: diez lagartijas apoyado en un banca en cada descanso que encontraba. Tal parece que el entrenamiento constante provoca un efecto de acondicionamiento para soportar ciertos esfuerzos.

El día de hoy, por otro lado, tengo reunión con mi academia para completar unas tablas de criterios de evaluación de la asignatura. Lo malo, para mí, es que tengo que trabajar con gente que ha hecho su carrera en la Mixta y que están convencidos de que lo que se hace ahí es lo mejor que le ha ocurrido a la educación. La verdad es que son unos llenadores de formatos que no alcanzan un nivel mínimo de reflexión, y ese es el principal obstáculo para hacerles identificar los errores o las mínimas diferencias significativas entre lo que plantean y lo que es necesario. No voy a frontalizar, porque me da hueva, les voy a decir que sí y voy a sacar la tarea adelante en la forma en que sé hacerlas. Igual ni se van a dar cuenta.

1 comentario:

  1. Hay ocasiones en que disfruto hacerles ver su mediocridad, conformiso u lo que sea; pero el día de ayer tu academia y la mía tuvieon suerte: yo también tenía hueva.

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