miércoles, 25 de junio de 2008

¿Cómo puedo mantener un habituario si no le dedico al menos unos minutos de vez en cuando?

Estoy saturadísimo con la revisión de los trabajos de mis alumnas y alumno de octavo. Ya estamos en la fecha de entrega y están a punto de vivirlo tal y como yo lo hago: viéndola pasar de largo. No es cierto, pero sí me he visto bastante cargado.

Además voy retrasadísimo con las entregas del libro. Eso no me apura tanto porque sé que a partir de la próxima semana podré dedicarme de lleno a esa tarea, aunque también estoy seguro de que la confianza de mi editora debe de estar a la baja por ahora.

Para colmo, tengo encima todo el montón de requisitos que hey que cubrir para el fin de curso en la secundaria. Lo bueno es que hoy ya no fueron los barbajanes de tercer grado, que, francamente, ya no sabía cómo controlar.

¿Ves? Por eso no he agregado nada a mis notas (que ideas tengo muchas, a ver si no lo resuelvo subiendo directamente los audios que grabo cuando se me ocurre algo), ni a la LL. Bueno; ni a las minis he agregado casi nada (aparte que he estado batallando para mandar los correos desde el celular).

¡Ah! y el sábado cierro mi diplomado en Linares.

Estos fines de cursos me atarantan.

miércoles, 18 de junio de 2008

Finalmente fueron cuatro... dobles. Casi que de jilito. Ora el problema no va a ser dormir, sino despertar.

Full, ¿fault?

Ya me acabé un día y comencé otro, y lo que no terminé fue mi lección pendiente. Me estoy gastando como las piedras de afilar que por ser piedras parece que nunca se gastarán, y el dulce tequila, que antaño me reanimaba y me inspiraba, ahora se ha vuelto un narcótico que debo evitar. Hoy salí de la Normal dejando a Glo en una predefensa, a Gil en un marasmo, y a Oscar y a Lucy a punto de tomarse un café. De verdad me costó decirles que me tenía que ir. De verdad me costó irme. Hubiera preferido quedarme ahí, jugando a verle el escote a Lucía o a picarle las costillas al Oscar, pero tuve que encerrarme a trabajar.

Y para colmo ahí estaba también Graciela. Graciela que me vio cuando era joven, esbelto y vigoroso; Graciela, a quien amé por pura solidaridad con mis hermanos de juventud, Leo y Ernesto, que se peleaban por ganar su mirada, su sonrisa y su favor, y en cuyo honor agregaba los míos a sus cortejos aunque mi afecto estuviera rebosando por Dorita. Me hubiera gustado sentarme con ella a robarle unos minutos para poder verme joven otra vez en sus ojos aunque fuera por esos minutos. Pero no puedo.

En estos días mis días no me pertenecen.

Y aunque habría preferido sentarme con Gil para explicarle porqué sería bueno que me dejara trabajar con los grupos de tercero y de quinto semestre el próximo semestre, estoy aquí sentado en mi rincón de gatas, sudando como cerdo, que nunca he visto a un cerdo sudar y a lo mucho los veo en chicharones y sólo una parte de ellos, encabronado y frustrado de que una puta piedra semántica se me atraviese en el camino y no me deje avanzar.

Y para acabarla de joder, volteo para arriba, veo la luna, y ni siquiera la puedo disfrutar porque el cabrón de Oscar ya se la está ligando y en un descuido ya se la fornicó.

Ya me voy a dormir. Un tequila y a dormir.

viernes, 13 de junio de 2008

Jo'ér

Nada resulta simple últimamente. Es viernes por la noche y tuve que pedir una prórroga a mi editora para mi primer entrega del libro de español que estoy escribiendo en equipo yo solo. Porque resulta que la gente que me ayuda no tiene tiempo para ayudarme y yo, que de entrada no tenía tiempo cuando me metí en esto, estoy teniendo que mover un montón de cosas para salir adelante. Tengo, sin embargo, dos claridades: voy a sacar adelante este compromiso, y voy a reorganizar mis prioridades en esta vida.

Por lo pronto, hoy no asistí a la secundaria, y no me preocupa tanto, porque ya entregué resultados de tercero para el quinto bimestre. De segundo, artísticas, no he entregado pero pienso hacerlo el lunes; y que se le hinche la nariz a mi subdirectora, pero tengo otras urgencias que atender. De hecho, lo que avancé el día de hoy me quedó chulo, chulo.

Acabo de tomar la decisión de no ir mañana a Linares, y será la primera vez que falte en 17 sábados. Tampoco es que me sienta muy culpable: cuando empezó eso del diplomado me ofrecieron, para convencerme, las nalgas y las tetas de la virgen; lo único que he conseguido es una puta drag queen tratando de darme apordondesepueda. Y lo digo porque en todo este tiempo no he recibido un quinto de viáticos y apenas se me ha dado menos de la mitad de los gastos de gasolina, y la agarradísima encargada de los dineros todavía se me pone en plan de que yo no estoy haciendo las cosas como se debe (hablo del CECAM, no de la ENS).

El gusto que me queda de esta semana es que mis niñas de octavo están haciendo un trabajo conceptualmente muy superior a lo que mi muy decaída Alma Mater acostumbra. Sus trabajos son complejísimos y profundamente reflexivos, aunque hasta ahora ha resultado evidente la falta de lectores para ese tipo de trabajos. Tampoco es que sean perfectos: tienen una ortografía y una sintaxis para tirar a la basura, pero para eso existen fracasados en este mundo que lo único que saben hacer es corregir la ortografía.

Precisamente ayer, jueves, una de mis niñas, Deya, hizo una presentación que me hizo estremecer hasta el tuetanito. Y no es que se haya puesto emotiva o sensacionalista; al contrario, fue clara y profesional; tanto que me hizo sentir hinchado de orgullo y satisfacción. Vaya, que hasta las lágrimas me arrancó. Lo único malo es que después llegó mi muy querida y contaminada Glo a decirme lo mal que estoy haciendo las cosas y lo muy probable que es que mis alumnas salgan mal, y ahí me mandó al diablo toda la satisfacción para llenarme de enojo por la existencia de esa pinche dinámica escolar que todo lo sume en la mediocridad y en la autodestrucción. Y no me hago güey: todo este desmadre lo han construido Eva, Lety y el chaparro (aunque este último más por omisión que por acción).

Otra cosa es que mi ñoño consentido, el único varón, anda de capa caída porque tuvo un par de fallecimientos consecutivos en familia, y eso, quieras que no, pegó en el ánimo del grupo.

Me acuerdo tanto de Franz en "La insoportable...". Quien pudiera blandir la escoba de Hércules... quién tuviera la fortuna de ver llegar el rabo de nube al que le cantó Silvio.

miércoles, 11 de junio de 2008

Apendejao

Ya me tiene estúpido el montón de trabajo que tengo (aunque Lucía diría que es parte de mi naturaleza y de la edad). No he podido terminar el primer capítulo del libro, y lo tengo que enviar el viernes. El lunes estuve comentándolo con Ily, y me hizo una serie de observaciones que me ayudaron mucho, pero lo cierto es que aún tengo mucho por escribir.

Además de todo, y para empeorar el cuadro, mañana tengo que entregar resultados bimestrales de español, y todavía no termino de revisar los exámenes. Es que están espantosos. Lo malo de un examen mal elaborado es que luego se vuelve un problema revisarlo.

Mañana (hoy, en realidad) van a comenzar mis niñas con su ejercicio de predefensa, y tengo que ir con una lectura previa de sus documentos recepcionales; obvia decir que a lo mucho iré con una escaneada. Acabé boicoteando la presentación de predefensas que se había organizado en el auditorio con todos los grupos, pero ¡por favor! Esta gente quiere convertir todo en ritual y ceremonia.

Lo de mañana será un auténtico ejercicio intelectual de humillación (y resistencia al castigo) y no las estupideces exhibicionistas que están organizando desde el limbo del conocimiento. Si mal no recuerdo, comienza Alejandra, así que a ella le va a tocar bailar con la más fea.

Luego te platico más, porque tengo que seguir revisando exámenes. Recuérdame contarte lo de la información sobre el Diplomado que me están pidiendo hace tres semanas y que no he mandado.

viernes, 6 de junio de 2008

Hoy essss vierrrrrnessss

Ya es viernes y, la verdad, no me siento como si esta hubiese sido una semana muy productiva. ¿Será porque tuve que dedicarle mucho tiempo a revisar borradores de documentos recepcionales? Lo cierto es que logré resolver el acertijo didáctico que plantea la lección que estoy escribiendo; ahora lo que falta es básicamente ir redactando instrucciones e insertando información, que es algo relativamente sencillo.

El miércoles en la noche estuvimos reunidos en el bar "La petaca" para festejar a Quique (Enrique Saucedo) que ya cumplió 51 años y sigue por la vida como adolescente retozón. Ahí nos encontramos con otro viejito: Memo (Berrones). Lo malo es que nos faltaron Oscar y Lucy para completar el cuadro bandolero. Estuvimos Hiram, Yla, Glo, Gil y yo. Por cierto, el que no llegó fue el dueño de la mesa en la que estábamos (Jorge Segura)

Ya de pasada, ese día ibamos a tener nuestra reunión de colegio (a las que se está integrando otra Gloria: Berrones), pero tuvimos que suspenderla porque a Gil y a mí nos citó la dirección para una reunión del PEFEN. Es algo así como un autocompló de la administración, porque en sus diagnósticos encuentran que falta trabajo colegiado, pero interfieren con el desarrollo del poco trabajo colegiado que se realiza como debe de ser: voluntario, apasionado y con caída en estilo libre, sí señor.

Ayer fue día lento. Por la mañana estuve escribiendo. Sí avancé. Luego a la ENS con mis muchachitos. Salí temprano y se me ocurrió ir al carguashe; obvio, a lavar mi carro, y hoy llovió en Apodaca, cuando fui a la secu. Que mi mañana en la escuela se fue rápido, porque estuve haciendo las evaluaciones pendientes. ¡Ya tengo que entregar resultados finales la próxima semana! ¿Qué voy a hacer con la caterva esa de trogloditas el resto del mes?

Ah, y ya me dijeron que el próximo año voy a atender segundo grado. Que pena, me ha gustado mucho trabajar con tercero.

martes, 3 de junio de 2008

Martes

El domingo estuvo del nabo, porque tránsito le secuestró el coche a mi esposa por estacionarse en lugar prohibido en Chipinque. Y ahí tienes que se nos fue toda la mañana en buscar papeles, pagar multas y recoger en carro en el corralón. Detalles al margen es un abuso sorprender a la gente de esa manera: por años se han estacionado en el mismo lugar y de pronto, sin avisos de por medio, van y levantan todos los carros.

En la tarde me puse a escribir mis lecciones pendientes: no es tan simple. Una cosa es ponerse a vomitar lucubraciones y otra cosa escribir didácticamente y de acuerdo con la camisa de fuerzas que nos pone Secretaría de Educación. No avancé mucho.

Ayer fue un día muy pesado. Seis horas seguidas en la secundaria, luego a la Normal apenas después de comer. Lo fastidioso es que me están exigiendo que entregue un paquete de lecturas que se me impusieron por capricho de la administración; lecturas que no tengo interés en realizar, ¿por qué habría yo de corregir el trabajo de otro asesor? Al menos yo no voy a permitir que vengan a decirme cómo tengo que hacer mi trabajo, a menos que sea alguien con material académico original escrito y publicado. Digo, que al menos cuenten con un mínimo de credibilidad y solvencia.

Hoy estoy muy apurado con mis lecciones. La próxima semana tengo que entregar el primer bloque de materiales y no voy muy adelantado. Por si alguien tiene la idea romántica de que la inspiración llega por encargo, le tengo una mala noticia: no es así. Lo fundamental es la dedicación.