martes, 3 de junio de 2008

Martes

El domingo estuvo del nabo, porque tránsito le secuestró el coche a mi esposa por estacionarse en lugar prohibido en Chipinque. Y ahí tienes que se nos fue toda la mañana en buscar papeles, pagar multas y recoger en carro en el corralón. Detalles al margen es un abuso sorprender a la gente de esa manera: por años se han estacionado en el mismo lugar y de pronto, sin avisos de por medio, van y levantan todos los carros.

En la tarde me puse a escribir mis lecciones pendientes: no es tan simple. Una cosa es ponerse a vomitar lucubraciones y otra cosa escribir didácticamente y de acuerdo con la camisa de fuerzas que nos pone Secretaría de Educación. No avancé mucho.

Ayer fue un día muy pesado. Seis horas seguidas en la secundaria, luego a la Normal apenas después de comer. Lo fastidioso es que me están exigiendo que entregue un paquete de lecturas que se me impusieron por capricho de la administración; lecturas que no tengo interés en realizar, ¿por qué habría yo de corregir el trabajo de otro asesor? Al menos yo no voy a permitir que vengan a decirme cómo tengo que hacer mi trabajo, a menos que sea alguien con material académico original escrito y publicado. Digo, que al menos cuenten con un mínimo de credibilidad y solvencia.

Hoy estoy muy apurado con mis lecciones. La próxima semana tengo que entregar el primer bloque de materiales y no voy muy adelantado. Por si alguien tiene la idea romántica de que la inspiración llega por encargo, le tengo una mala noticia: no es así. Lo fundamental es la dedicación.

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