jueves, 17 de julio de 2008

Probablemente no puedo rellenar el espacio perdido. Es decir: después de tanto tiempo sin escribir, está cabrón para hacer una crónica retrospectiva. Además, han pasado tantas cosas (la mayoría de ellas de mínima trascendencia) que no se me ocurre práctico registrarlas todas.

Si te diré, por ejemplo, que de la última vez que te escribí hasta hoy, terminé con el curso que estuve impartiendo en Linares por seis meses, y ha sido una gran descarga el dejar de salir cada sábado en la madrugada para llegar a tiempo; además de que siempre me resulta un tanto frustrante trabajar con maestros, porque acuden a los cursos con esa actitud de derrota que se ha vuelto tan característica en el gremio ("otra vez lo mismo", "esto no sirve para nada", "nada va a cambiar", y cientos de frases por el estilo). Tal vez por eso me da tanto gusto ver que a final del curso hubo algunas transformaciones evidentes en al actitud de algunos y en la aptitud de otros.

También hay casos perdidos. Tuve un alumno-maestro que muy seguido se salía del curso porque se iba a atender unos juegos de futbol, y eso era lo realmente importante para él; por supuesto que su nivel de participación y de reflexión es lamentable: para él, inscribirse en el curso fue un mero trámite, y seguramente recibirá una constancia de que asistió (no, yo no cubrí ninguna función administrativa, yo sólo impartí el curso), pero poco habrá servido para él y para sus futuros alumnos.

Por esos días también terminé con mi curso de la Normal. Mis alumnos concluyeron y entregaron sus documentos recepcionales. Ellos trabajaron bien y aprendieron lo que tenían que aprender durante este último ciclo. Vamos a ver que dicen los jurados, último obstáculo que tienen que librar mis ex-alumnas antes de poder sentirse libres de la ENS. Porque sigue bien contaminada la situación: las fetichizaciones en torno al documento recepcional y el examen profesional les han convertido en cúspide y síntesis de un proceso formativo cuyas bondades y eficiencia se manifiestan en estos dos últimos productos... al menos así ocurre en el imaginario institucional. Al final de cuentas seguimos metidos en una dinámica que no es capaz de discernir lo fundamental de lo accesorio.

Cerré el año en la secundaria, pero no lo cerré del todo, porque dejé asuntos pendientes como la entrega de planificaciones; así que no es una tarea concluida. Ahora, lo que me tiene absorbido es el trabajo autoral. Escribir, escribir, escribir. A Oscar le da mucha risa que esté haciendo de negro; en realidad no: soy coautor y, si todo funciona bien, cobraré buenas regalías. El problema es terminar los libros. Por lo pronto tengo un mes para concluir el 80% del trabajo. Sí termino; pero no deja de ser tensionante.

Mi hijo mayor acreditó su examen para entrar a la preparatoria en el programa internacional, y parece que va a ser una experiencia interesante. Por cierto, ayer fui a la junta informativa para padres, y me encontré a Memo Berrones dando clases de español ahí. Sólo para la reflexión: la subdirectora del bachillerato (una mujer afabilísima, inteligente y muy entusiasta) afirmó que pocos maestros aceptan trabajar ahí, porque son sometidos a evaluaciones externas internacionales; no más comentarios. Lo que sí quiero destacar es que se mencionó que el puntaje mínimo (en el examen de selección) para aceptar alumnos al bachillerato en esa escuela (no sólo en el internacional: en la escuela) fue de 85 puntos. Ayer me di una vuelta por la normal, y me di cuenta de que se están aceptando aspirantes ¡con 30 puntos! Tú dirás.

El lunes comienzan los exámenes de mis alumnas y mi alumno. Por si a alguien le interesa, subí los videos de sus presentaciones a la siguiente dirección
http://mx.video.yahoo.com/mypage/video?s=693519
El sonido no es muy bueno, pero al menos pueden ver lo que les menciono acerca de que, pienso yo, tienen una idea bastante clara de lo que es la reflexión sobre la acción en educación.

A ver si mañana o pasado le sigo. Aunque en estos días no tengo mucho que contar: estoy sentado y escribiendo... y corrigiendo.

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