martes, 21 de abril de 2009

Ok. Están construyendo nuevas áreas para que trabajen los maestros, por eso nos sacaron de la sala de maestros sin avisarnos, para instalar ahí, temporalmente, áreas de servicio cuyos espacios se están remodelando. Claro que estas son buenas noticias a medias, pues las nuevas construcciones e instalaciones, como ya se ha vuelto regla en nuestra escuela, vienen acompañadas de una serie de restricciones que las vuelven poco accesibles y muy limitadamente funcionales. Y es una pena, porque no puede haber trabajo académico si no hay dónde hacer trabajo académico.

Te pongo un ejemplo: hay una sala que está acondicionada para reuniones de docentes, con mobiliario y equipo multimedia, pero es muy difícil que se permita su uso, y no porque esté ocupada, sino porque alrededor se instalaron unos cubículos que requieren de cierto nivel de privacidad... bueno ese es el argumento. A mí me suena más a una situación un tanto pueril de "eso es mío, no lo toques". El punto es que esa enorme inversión está convertida en una especie de santuario que muy pocas personas ocupan. En una simple ecuación costo/cantidad de usuarios, se trata de una obra carísima y poco justificable.

A ver si no ocurre lo mismo con las nuevas instalaciones, y resulta que sólo unos cuantos privilegiados podrán usarlas y sólo después de pasar por una serie de requisitos, mandas y compromisos elaborados para satisfacer el ego de quien dispone, y no la mejora de la calidad del servicio que se presta.

Seguiremos ocupando la oficina del profe Everardo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario